miércoles, 6 de agosto de 2014

Tengo cáncer, pero ¿tengo derechos?



Tengo cáncer, pero ¿tengo derechos?

El cáncer es una lamentable enfermedad de la que nadie está exento y es la culpable de la muerte de millones de personas al año  en el mundo, a pesar de que existen avanzados tratamientos para contrarrestarla. En Venezuela además de todo el bagaje fisiológico, social y emocional que implica padecer de alguna de las formas de esta enfermedad, se debe también luchar contra problemas de la administración de la salud, como los que se han dado lugar en los Centros Oncológicos públicos del país.

Me quiero referir, en este pequeño artículo, al gran problema que tienen que sobrellevar los pacientes oncológicos, ya que al estar en crisis los centros asistenciales públicos, que tienen la mediana infraestructura necesaria para diagnosticar y aplicar el tratamiento a las diferentes expresiones de ésta enfermedad, se arriesga la integridad del paciente y por consiguiente se disminuyen las posibilidades de recuperación (ver: http://goo.gl/FKT4jP y http://goo.gl/VwPZib )

El derecho a la salud pública es un Derecho Constitucional de todo venezolano, y está consagrado en el artículo 84 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, del que transcribiré un extracto: “Artículo 84. Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad.(…)” Este artículo no contiene palabras vacías o que sirven de adorno para un texto cualquiera; este artículo es vinculante y contiene OBLIGACIONES que recaen únicamente en cabeza del Estado.

Entonces, al ser obligación del mismo Estado, es decir, responsabilidad directa de los políticos que han hecho, hacen o aspiran hacer carrera política en el país, es que a cada uno de nosotros nos debe nacer el espíritu crítico para preguntarnos y preguntarles a estas personas que se postulan o se han postulado como los salvadores del país, qué van a hacer para parar esta crisis, o mejor dicho esta HUMILLACIÓN.

Es indignante, que un paciente oncológico deba ser trasladado de un centro asistencial a otro porque no se ha hecho el mantenimiento adecuado a la infraestructura o a los equipos que sirven para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

Es incalificable, que centros de tanta importancia, como los oncológicos, no tengan purificadores de aire ni aire acondicionado.

Es incomprensible, que en época de socialismo y revolución, los ciudadanos que padecen de una enfermedad tan agresiva y desgastadora, como lo es el cáncer, no tengan garantizado su derecho a la salud como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Es inhumano, el descuido que se ha dado lugar en estos centros asistenciales, pero además es ilógico que no tengan insumos para el tratamiento y diagnóstico de la enfermedad en un país que tiene tratados que intercambian petróleo por insumos y médicos.

Todos los políticos, desde el comienzo de la democracia, son culpables del sufrimiento de estas personas por no prever e invertir anualmente en la mejora de estos centros asistenciales. Los  que están hoy en su turno de gobernar, son doblemente responsables, ya que el mismo Comandante Hugo Chávez (quien en su momento también sufrió esta enfermedad) fue el que gestó la Constitución que hoy los obliga categóricamente.
 
Manuel V. Narváez B.